¡Bienvenidos, supervivientes!
Hace tiempo, cuando solo existían tres películas, solíamos hacer maratón de Star Wars. Cuando se añadieron las preculas, seguimos haciéndolo. Con el tiempo, se fueron estrenando más sagas que daban pie a esos atracones. Las Navidades eran el momento de hacer esas “quedadas” familiares: veíamos Matrix, El Señor de los Anillos, Alien, El Padrino…
A casi todo el mundo le gusta un buen maratón. Elegir dos o tres películas y encerrarte, con amigos o solo y ¡a disfrutar! Lo puedes hacer en casa, en el local de tu asociación o, incluso, en cines con más fans como tú.
Gracias a Internet, esto se convirtió en algo muy normal. Dada la facilidad para encontrar y descargar entretenimiento audiovisual que se presta a ello (trilogías, series, sagas…) y la posibilidad de verlo en cualquier momento. Ya no hacía falta esperar a que una cadena emitiese las películas en su “Mes de Star Wars” o similar.
Pero de algo excepcional ha pasado a ser la norma. Netflix sabe que nos gusta aprovechar los fines de semana y, cuando estrena una serie, sube la temporada completa (todas las temporadas a veces). No son pocos los casos en que se ha (hemos) caído en “tragársela” entera del tirón y sin respirar. Por ejemplo, yo vi la tercera parte de La Casa de Papel el mismo viernes que se estrenó.

¿Es eso sano? Ver series se ha convertido en una carrera en la que, aparentemente, interesa más verla el primero que disfrutarla.
Para preparar este artículo he tratado tanto hacer un ejercicio de autocrítica como consultar a varias personas sobre sus hábitos de conducta. Mi primera conclusión es que muchos pecamos de lo mismo y las razones más típicas son el miedo al spoiler y una necesidad de tener la imagen completa, de saber qué pasa.
En cuanto a las opiniones recogidas, he encontrado de todo. Adolfo Suárez, más conocido como Cosecha del 66, me cita a Ortega y Gasset y dice que prefiere verlas del tirón, porque de esa manera sigue mejor las tramas, huye de los spoilers y alimenta ese “hambre” que provocan. Sin embargo, aunque reconoce que hay mucha oferta y hay cierta urgencia, no cree que estemos ante algo negativo “yo no tengo esa sensación de «usar y tirar», la verdad. La controlo bien, creo 🙂
Hay quien considera que esta forma de ver las series responde a un ansia derivada del formato. Hablamos del famoso cliffhanger que puso de moda Perdidos, aunque se lleva haciendo desde hace años, y que nos deja “pendientes” de qué podría pasar. Pero, si hace unos años, ese cliffhanger nos obligaba a esperar durante una semana –o más–, hoy solo tenemos que esperar 10 segundos a que el capítulo se reproduzca. Quizás por esa razón, en algunos casos, se haya apostado por meter entre medias capítulos de una trama distinta, como por ejemplo han hecho en la segunda temporada de Sex Education, pero sin llegar a ser el odiado “relleno” de los animes.
También hay quien está del lado de los apocalípticos y considera que el consumo actual de series se realiza a un ritmo preocupante. Carmen G., educadora social con diez años de experiencia con colectivos en riesgo de exclusión social, afirma que, con estos maratones, se pueden llegar a detectar conductas asociadas a la adicción, como el cambio en las pautas de sueños y la búsqueda de recompensas inmediatas.
Y parece ser que no es la única que lo piensa. En este artículo de The Guardian mencionan que el CEO de Netflix, Reed Hastings, dijo que el mayor competidor de Netflix no era HBO, sino el sueño.
Y ya hay una persona que considera que es adicta a Netflix y ha pedido ayuda en la India.
El consumo de ficción, hoy
Adicción o no, está claro que el consumo de ficción ha cambiado, quieran o no las cadenas (pienso en el Ministerio del Tiempo y su consumo masivo a través de Internet) o a las salas de cine (que siguen sin querer reconocer a Netflix como competidor). Y, como en todo, hay opiniones de todo tipo.
Personalmente, lo veo más negativo que bueno. Para empezar, se pierde la magia de la espera. Cuando tienes que esperar una semana –o varios meses– a que se emita el siguiente capítulo, tienes tiempo para pensar, para reflexionar. Te permite hacer teorías, suposiciones, comentar con amigos lo que ha ocurrido. Siempre vuelvo a Perdidos como ejemplo de lo que puede suponer seguir una serie. Las teorías en internet, los cómics (míticos Pardillos de Carlos Azaustre)… Cuando ves una serie en un día, dos o tres, no hay tiempo para teorizar. Las respuestas no tardan en llegar.
Más aún, ¿a las marcas qué les interesa? Netflix no suele dar estadísticas de audiencia, pero está claro que, cuando más se ve, es durante las primeras semanas. Las redes se llenan de conversaciones sobre los personajes, la trama, se comparten gifs, memes, reseñas… ¿Y después? ¿Cuánto se sigue hablando de una serie?
Iván Sarnago, guionista, dibujante y editor de cómics, dice que prefiere ver un máximo de tres episodios. Mismo número que Jorge, que apunta que los maratones cortos están bien, pero no verse la serie de una tacada.

Varias personas me han hablado sobre los spoilers como razón para pegarse atracones. ¿No pensáis que eso también influye en la forma de comentar la serie? Si yo ya la he terminado de ver –y no quiero molestar a mis seguidores– será difícil que comparta mi opinión sobre la serie. Recuerdo el caso de El Ministerio del Tiempo, una serie que no sería lo que es sin las redes. Los seguidores la encumbraron y la comentaban durante toda la semana, surgió una cuenta oficial que comentaba el capítulo junto con los fans y hasta la Biblioteca Nacional compartía datos en tiempo real sobre los hechos históricos que se narraban. Con toda la temporada completa, esa experiencia compartida se pierde. Todo lo que cuentes será spoiler porque no todo el mundo lo sigue al mismo ritmo. No crea comunidad.
¿Significa eso que voy a dejar Netflix? Para nada. ¿Voy a dejar los maratones? No, pero los consumiré en su justa medida. Personalmente, he comenzado a obligarme a reducir el ritmo de visionado. Solo o en familia, trato de hacer minimaratones y combino diferentes series (otro día hablamos de si es mejor ver una serie del tirón antes de empezar otra) para disfrutar más del camino.
Es difícil ir contracorriente y resistir la magia del cliffhanger que te obliga a hacer click en “Siguiente episodio”
Y vosotros, ¿qué pensáis? ¿Os gustan los maratones o preferís ver las series en pequeñas dosis? En la caja de comentarios podemos seguir el debate.
Fuentes:
- Are you a Netflix ‘addict’? A case in India is making headlines https://eu.usatoday.com/story/tech/nation-now/2018/10/08/netflix-addiction-treated-indian-clinics-first-case-report-says/1566447002/ – consultado el 27 de enero de 2020
- La adicción a Netflix es una enfermedad https://www.enter.co/cultura-digital/ciencia/adiccion-a-netflix-una-enfermedad/ – consultado el 27 de enero de 2020
- El síndrome del agobio de Netflix https://fueradeseries.com/el-sindrome-del-agobio-de-netflix-5e6b46d763c7 –consultado el 27 de enero de 2020.
- Netflix addiction is real – we are entertaining ourselves to death https://amp.theguardian.com/commentisfree/2018/jun/20/netflix-addiction-is-real-we-are-entertaining-ourselves-to-death?fbclid=IwAR0p3Tw8F41dWiJVAirLPEWrTNXT2aQ8xD8lheVwHlCxMf-xL5HPjKu3RFc – consultado el 27 de enero de 2020