¡Bienvenidos, supervivientes!
Segunda reseña, segunda lectura de abril. Como os dije en el último post, me apunté al club de lectura de Sinopsis Compartida y ya terminé la novela de este mes, La chica de nieve, de Javier Castillo.
¿Y de qué va La chica de nieve? Es 1998, Acción de Gracias en Nueva York y los padres de Kiera, una niña de 3 años, la llevan a ver el desfile. En un descuido, desaparece. Se esfuma sin que nadie sepa cómo ni porqué. La noticia se convierte en portada en todo el país durante un tiempo, pero pronto todos lo olvidan. Los medios, porque ya no vende periódicos y las autoridades porque los recursos son mínimos y hay muchos casos. Pero sus padres no se olvidan. Y tampoco Miren Triggs, una estudiante de periodismo que convierte el caso de Kiera en su cruzada personal, que se nos presenta como alguien tenaz, que no rehuye el trabajo duro. Una periodista de raza.
Comienza la novela y el narrador hace algo que me resulta llamativo. Describe la situación, las emociones de los protagonistas, los sucesos… Pero también, como si tuviera mucha prisa, nos empieza a contar lo que pasará. Se adelanta a los acontecimientos, durante una buena parte de la novela, como si temiera que el lector abandonara la lectura a la primera de cambio. Es un tráiler constante, un “en el próximo episodio” que resulta un tanto innecesario.
La otra gran característica de la novela es su narración no lineal. En vez de seguir el orden lógico, decide saltar en el tiempo en los capítulos. Empezamos en 1998; luego vamos cinco años después, cuando Miren ya es una periodista de pleno derecho; regresa y nos descubre cómo ella llega conocer el caso y así el narrador justifica que sea la protagonista: dentro de un tiempo, nos adelanta, descubrirá algo que los demás no han visto. Pero no sabemos qué, habrá que seguir leyendo. Creo que esta manera de narrar la historia, con tanto flashback y flasforward, tiene algo de pequeña trampa: Javier nos nos cuenta cosas y, para que cueste más unir los datos se vuelve al futuro, donde deja una pista de lo siguiente que te va a contar cuando regreses. Porque esa es otra, no ha escrito la novela y ha agitado las piezas para desordenarlas. Es un proceso bien pensado y desarrollado desde el principio.
El autor ha crecido en los 90 y eso se ve en La chica de nieve. Todo comienza en 1998; se describe una marca de ordenadores, los iMac, que causan sensación; comienza la decadencia del VHS y nos presenta el siguiente formato que monopolizará el mercado, el DVD, en lo que parece más un anuncio publicitario que una descripción. Porque la tecnología también será relevante en toda la narración. La llegada de los móviles, la lenta digitalización de la burocracia, el acceso a Internet con los primeros módems condiciona una historia que, a día de hoy, debería ser completamente distinta. Toda la novela destila una nostalgia sobre esos años que vivió el autor, nostalgia que también será esencial en el cierre del caso.
Porque sí, el caso se cierra. Y varias veces. Pero, en algún momento la novela tiene que acabar. Podríamos decir que el final es sorprendente, porque lo es, pero todos los sucesos te llevan a ese punto. Miren, con el devenir de los acontecimientos se vuelve más imprudente. Su pasado traumático la lleva a tener una actitud temeraria, en vez de conservadora. Y esa actitud es la que acelera el desenlace. Y todos los personajes parecen saber que se acaba el tiempo.
El final, cuando llega, como digo es el lógico. Leído con detenimiento, todos los hilos apuntan hacia ahí. Pero cuando estás leyendo, tienes una sensación de que puede pasar cualquier cosa. ¿Vencerá el mal? ¿Saldrá todo bien? Te preguntas según la narración acelera.
Y llega el final. El caso de Kiera, que podría ser el de Yéremi Vargas, o el de Marta del Castillo o el de cualquier niño desaparecido en el mundo, se cierra. Pero no la historia de Miren que, aunque es una gran periodista, olvida una de sus máximas: el periodista no tiene que ser la noticia. El último párrafo viene con un regalo para ella y para el lector. Como si fuera una escena post-créditos, se nos adelanta una posible nueva aventura. Esto me contestó Javier Castillo sobre ese final:
La chica de nieve es una novela dura de leer por la tragedia que rodea a ambos personajes, la niña y la periodista, cuyas historias crecen en paralelo. La protagonista tiene una evolución que lleva hasta el final, un final que te sorprende, pero no deja de ser lógico. Aunque no es el único factible: lo mejor es esa sensación durante toda la lectura de que puede pasar cualquier cosa.

Título: La chica de nieve
Autor: Javier Castillo
Sello: Suma
Edición: Ebook
ISBN: 9788491292661
Sinopsis:
El desfile más famoso del planeta.
Una niña de tres años desaparecida.
¿Dónde está Kiera Templeton?
Nueva York, 1998, cabalgata de Acción de Gracias. Kiera Templeton, desaparece entre la multitud. Tras una búsqueda frenética por toda la ciudad, alguien encuentra unos mechones de pelo junto a la ropa que llevaba puesta la pequeña.
En 2003, el día que Kiera habría cumplido ocho años, sus padres, Aaron y Grace Templeton, reciben en casa un extraño paquete: una cinta VHS con la grabación de un minuto de Kiera jugando en una habitación desconocida.
Tras vender más de 650.000 ejemplares de sus anteriores novelas, Javier Castillo vuelve a poner en jaque la cordura con La chica de nieve, un oscuro viaje a las profundidades de Miren Triggs, una estudiante de periodismo que inicia una investigación paralela y descubre que tanto su vida como la de Kiera están llenas de incógnitas.
Muy buena reseña. Explicada con todo detalle. Tienes razón: me ha chocado tanto salto temporal. Sé que es el mejor recurso para mantener el suspense, pero con ellos se me perdían algunos detalles que después eran importantes. De todos modos, una buena novela que atrapa hasta el final.
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Gracias por pasarte y por comentar.
Al principio me ‘enfadé’ un poco con el autor por el tema de los saltos. Hace un poco de trampa para confundirte, pero luego vi que no es que lo hubiera desordenado, sino que lo escribió así, así que lo vi como un trabajo duro y bien hecho.
Un saludo
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